El Gobierno del “Cambio” de la Constitución de Colombia
El presidente Gustavo Petro asegura que haber ganado las elecciones en 2022 implica cambiar a Colombia mediante reformas.
“Colombia cambia si cambia su sistema de salud, si cambia su sistema laboral, si cambia su sistema agrario, si cambia su sistema pensional, si cambian las relaciones entre las personas”, dijo Petro durante una movilización de la Minga en Cali, este viernes, 15 de marzo de 2024.
Para garantizar las reformas del cambio, el Presidente presentó su intención de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, ya que “las instituciones no permiten hacer las reformas ordenadas por el pueblo”.
“Colombia no se tiene que arrodillar. El triunfo popular del 2022 se respeta y la Asamblea Nacional Constituyente debe transformar las instituciones para que le obedezcan al pueblo su mandato de paz y de justicia”, manifestó Gustavo Petro.
El Presidente está convencido de que hay que cambiar las instituciones que no le permiten aplicar la actual Constitución, lo cual se logra mediante una Asamblea Nacional Constituyente que tendría la función de redactar una nueva Constitución que redefiniría la organización política de Colombia, con plenos poderes, a los que se tendrían que someter todas las instituciones públicas.
La más reciente Asamblea Nacional Constituyente que se realizó en Colombia permitió reformar la Constitución Política de 1886, dando paso a la Constitución de 1991, la cual pretende ahora reformar el presidente Gustavo Petro, ante la que llama incapacidad de las instituciones para hacer las reformas sociales que ha propuesto y que se han encontrado con una férrea oposición en el Congreso.
Por supuesto que la oposición política, encabezada por el partido Centro Democrático, reaccionó calificando el anuncio de Petro como evidente ataque a la democracia, por lo cual hace un llamado a la defensa de las instituciones colombianas.
El temor es que con una Asamblea Nacional Constituyente se abra la puerta al cambio de reglas de juego que permitirían el cierre del Congreso de la República que hoy se opone a las reformas propuestas por el Gobierno, una posible reapertura del derecho a la reelección presidencial y, por supuesto, la patente para todas las reformas que, según Gustavo Petro, son la garantía del cambio por la cual fue elegido Presidente.
Pese al rechazo airado de sectores de oposición al llamado hecho por el Presidente en Cali, no es que una Asamblea Nacional Constituyente dependa de la sola voluntad del gobernante: es necesario que las mayorías absolutas de Senado y Cámara de Representantes aprueben una ley que avale el cambio de la Constitución; es necesario que pase la revisión de la Corte Constitucional; es necesario que el pueblo lo apruebe en las urnas; es necesario que sea la decisión de, por lo menos, la tercera parte del censo electoral, que actualmente está por encima de los 39 millones de colombianos habilitados para votar.
Si, precisamente, el llamado que hace Petro al cambio de las instituciones se desprende del obstáculo que en el Congreso ha encontrado a sus proyectos de reforma, no sería fácil contar con las mayorías en ese Congreso para empezar el largo camino hacia una Asamblea Nacional Constituyente.